Una sociedad que educa para la vergüenza

Cómo todos los años desde 1969, el mes de junio se viste de arcoíris y durante sus 30 días los medios se llenan de la importancia de conmemorar el orgullo gay. “Si ya pueden casarse y todo eso, ¿Cuál es la necesidad de tanto show?”. Recién en 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) descartó la homosexualidad  de la lista de trastornos mentales; si bien esto fue un gran paso para su aceptación en la sociedad, los incidentes hacia las personas con otra inclinación sexual que no sea la hetero, no se detuvieron. En la Argentina, desde el 2010 está vigente  la ley 26.618, que permite el matrimonio civil entre personas de igual sexo. Con su sanción, el país entró dentro de lo 25 donde es legal la práctica.

Sin embargo, con el avance del movimiento LGBT+ y su integración, la homofobia e intolerancia crece exponencialmente.

Una figura, intolerante por excelencia, es la religión católica, que se mostró absolutamente en contra al momento del debate de la ley. Movimientos cómo “Cuidemos a la familia” y “Marea naranja”, marcharon llevando la cruz y con la consigna de: "Los chicos tenemos derecho a una mamá y un papá" Explica Valeria Perasso en una nota para la BBC. En la vorágine de la discusión del proyecto, esta oposición afirmaba que esto destruiría a la familia, incumpliria con los derechos de los niños, y que aumentarían los casos de pedofilia; pero por sobre todo esto, alzaban banderas de respetar el orden natural: "La naturaleza es sabia, y la naturaleza dispuso que los niños tengan un mamá y un papá, no es ni la Iglesia ni yo, ni los políticos". Pero nos preguntamos, ¿Qué es el orden natural? ¿Está bien utilizar un concepto tan amplio y ambiguo? No hace falta dudar que cuando se refieren a un orden natural, hablan de aquello que Dios así quiso; esto nos abre aún más dudas, ¿Qué es lo natural para quienes no practican la religión? ¿Tienen que vivir conforme a los mandatos morales de un grupo que no los identifica ni representa?.

Casi 9 años pasaron de las posturas, las cuales siguen y su violencia aumenta; Según estudio de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA),  en un 20% alrededor del país. El caso de “Higui”, violada y acosada por ser lesbiana. En el 2016, fue acusada de homicidio por actuar en legítima defensa contra su violador. Desde el día del hecho, estuvo en prisión preventiva; alegaban que no tenía pruebas suficientes. Eva Analía De Jesús contó a la policía, que el hombre le había dicho: "Te voy a hacer sentir mujer, forra, lesbiana”. Las transgresiones exceden las palabras y se perpetúan en actos. El año pasado en La Plata, una pareja fue golpeada por un grupo de adolescentes. El suceso fue compartido por uno de los jóvenes, a través de la red social Facebook.

La institución eclesiástica, alimenta este odio. El Papa dijo, en una conferencia de prensa, que los padres deben recurrir a un psiquiatra en caso de que se manifiesten actitudes homosexuales en sus hijos. No, no lo dijo Benedicto XVI en el 2010; esto lo dijo el Papa Francisco en su última visita a Irlanda el año pasado. Con estos dichos, la iglesia católica retrocedió 28 casilleros, de vuelta al siglo XX, dejando ver a la homosexualidad como una enfermedad que se puede tratar y curar. Pero este hecho no terminó acá: así cómo encubren violaciones, el Vaticano encubrió a Francisco; retiraron estas declaraciones de la transcripción oficial. Muchos saltaron a su defensa, explicando que se sacó de contexto sus palabras. "Ignorar a su hijo o hija con tendencias homosexuales es un defecto de paternidad o de maternidad", Entonces, una excelente paternidad es aquella que reprime al hijo y no lo permite ser libre en su pensamiento ¿no?. Si esto es lo que la familia “natural” hace, tal vez tener padres de igual género no sea tan malo como dicen…

Siguiendo con la línea de figuras de poder reconocidas y sus dichos sobre la comunidad, Jair Bolsonaro, presidente de brasil por el partido PSL, no se queda atrás. El sábado polémico mandatario de ultraderecha se hizo su lugar en la política mediante frases machistas, racistas, homofóbicas y haciendo apología de la violación. En una sesión de la cámara de diputados, dijo: "El hijo empieza a mostrarse amanerado, gay, cambia su comportamiento, ¿verdad ?, ya oí de algunos aquí…, menos mal que me dieron unos chirlos de chico, mi padre me enseñó a ser hombre.". Tal como supuso Francisco, propone a la homosexualidad como un defecto en la paternidad y algo que, desde una edad temprana, se debe trabajar en el menor para evitar.

"No voy a combatir ni a discriminar, pero si veo a dos hombres besándose en la calle, les voy a pegar." por esto, Bolsonaro debió de pagar alrededor de 45 mil dólares, pero ¿Acaso el dinero cura las heridas de la homofobia o asegura que el comportamiento va a cambiar?.

¿Hay una ley que permite el matrimonio igualitario? Si ¿La homosexualidad se normaliza más conforme pasan los años? Si; pero todo esto no quita la agresión ni la violencia. La homofobia es una realidad en la Argentina; es un discurso que se mediatiza y naturaliza. De nada nos sirve como país alardear igualdad, si en nuestra sociedad damos lugar a que estas cosas pasen. Mantenemos figuras públicas que desmienten la violencia, justificamos lo injustificable y pensamos igual que hace poco menos que una década. Aceptarla y legalizarla no llevan a un cambio si no promovemos, individualmente el cambio: Dejar de consumir figuras públicas homofóbicas, repudiar los dichos, ser más tolerantes y progresar. 

En cuanto a la pregunta que muchos se hacen sobre el mes del orgullo gay, por si no quedó la respuesta clara; fueron años de historia en los que el colectivo LGBT+ fue aprisionado en la vergüenza y rechazo social, asesinados por sus creencias y elección. Las manifestaciones son parte de su reivindicación en la sociedad, “el show” no es más que un espacio en el que se recuerdan los años de discriminación y se festeja lo ganado; pero también para seguir combatiendo contra el odio, porque como dijo Carlos Jáuregui “En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”.

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